Cuidados de la higuera

higo colgado en higuera

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Introducción

La higuera (ficus carica) es un árbol con una larga historia que se remonta a Asia Menor y la región mediterránea, donde ha prosperado desde tiempos antiguos. Es una de las plantas más antiguas y establecidas del mundo y, aunque prefiere ser plantada en suelo, también puede adaptarse a su crecimiento en macetas.

Este árbol de hoja caduca presenta una corteza lisa y clara, y enormes hojas de forma palmeada de color verde oscuro en el haz y ligeramente más claro en el envés.

Las higueras son altamente valoradas por su fruto natural, que es dulce, agradable y varía en color desde verde a púrpura. La mayoría de las higueras sólo tienen flores femeninas, por lo que requieren un árbol de floración masculina para su fecundación. Sin embargo, alrededor de 40 variedades silvestres tienen flores masculinas y femeninas.

Cuando se busca comprar una higuera, es esencial buscar siempre una variedad que se autopolinice. El surtido «Violetta», conocido como Bayernfeige, es especialmente resistente y capaz de soportar temperaturas de hasta -25°C.

En resumen, la higuera es un árbol de gran valor histórico y natural que ha prosperado durante miles de años en la región mediterránea. Su fruto natural es muy apreciado por su sabor dulce y agradable. Si bien es preferible plantarla en suelo, también puede crecer en macetas con los cuidados adecuados. Al comprar una higuera, es importante elegir una variedad autopolinizante, como «Violetta», que es conocida por su resistencia y capacidad para resistir bajas temperaturas.

La mejor zona para plantar una higuera

La higuera es un árbol que requiere ciertas condiciones para florecer adecuadamente y producir un producto orgánico de calidad. A continuación, te presentamos algunos consejos para asegurarte de que tu higuera crezca fuerte y saludable.

Condiciones ideales para el crecimiento de las higueras

Las higueras prosperan en un entorno mediterráneo seco, con temperaturas suaves en invierno y altas en verano. Para obtener la mejor calidad de producto orgánico, es importante que la higuera crezca en un lugar soleado y protegido. Durante las horas más calurosas del día, se recomienda que la higuera reciba algo de sombra para evitar el estrés por calor.

La higuera es resistente al frío, aunque las plantas jóvenes son sensibles al hielo durante los primeros diez años de su vida. Para asegurar que las higueras se desarrollen correctamente, deben ser expuestas al frío durante toda la temporada de invierno y perder todas sus hojas. Si la temperatura baja por debajo de los diez grados centígrados, los brotes pueden congelarse y las raíces pueden resultar dañadas, por lo que es recomendable protegerlas durante los meses más fríos.

En entornos más limitados, se pueden cultivar higueras resistentes como la variedad ‘Violetta’ o ‘Paradiso’ en macetas.

Cómo afecta el clima a la producción de higos

Las higueras son árboles generalmente resistentes a la estación seca. Sin embargo, cuando hay un periodo prolongado de pocas precipitaciones, la higuera entra en un estado de reposo vegetativo, creando pocas hojas y produciendo menos higos.

En las zonas templadas, la higuera puede florecer hasta tres veces al año, pero la cantidad de cosechas de producto orgánico puede variar dependiendo de la zona. Si se cultivan bajo cristal, se pueden obtener más cosechas. En entornos más adecuados, se pueden esperar dos cosechas completas, una en el pre-verano y otra bien entrada la primavera.

Preparación y sistema de riego de la higuera

La higuera es un árbol conocido por su capacidad de adaptación a diferentes condiciones de suelo, sin embargo, para lograr una cosecha de calidad, es importante tener en cuenta ciertos aspectos. En primer lugar, la higuera puede crecer en suelos pedregosos y secos, pero para adquirir una cosecha de calidad, es necesario que el suelo tenga un alto contenido en calcio y no sea demasiado húmedo. La higuera no tolera suelos inadecuadamente encharcados o excesivamente húmedos, y puede ser excepcionalmente sensible a la descomposición de las raíces.

Durante la temporada de crecimiento, que va desde la primavera hasta la época de la cosecha, es necesario regar las higueras constantemente cuando el sustrato esté seco. Sin embargo, durante la época más fría del año, la cantidad de riegos debe disminuirse para evitar el exceso de agua. Es importante también evitar el encharcamiento, por lo que la tierra debe ser muy despojada para eliminar la humedad en abundancia. En caso de que la higuera sufra de marchitamiento por ausencia de riego, se puede recuperar mediante el riego por inundación de vez en cuando.

En cuanto al abono, la higuera no requiere de una preparación directa, ya que normalmente se beneficia del abono proporcionado a las plantas o cosechas que la rodean. Si la higuera se encuentra aislada en el vivero, es recomendable utilizar abono nitrogenado. Sin embargo, aunque los productos orgánicos pueden aumentar considerablemente el tamaño de la higuera, su calidad puede disminuir en su mayor parte.

En el caso de que el árbol se encuentre en una maceta, es necesario suministrar constantemente abono fluido de primera calidad para plantas podadas desde abril hasta agosto. De esta manera, se asegura que la higuera tenga los nutrientes necesarios para crecer y producir una cosecha de calidad.

En conclusión, la higuera es un árbol poco exigente en cuanto a la calidad del suelo, pero para obtener una cosecha de calidad es necesario asegurarse de que el suelo tenga un alto contenido en calcio y no sea demasiado húmedo. Además, es importante regarla constantemente durante la temporada de crecimiento y suministrar abono de calidad si se encuentra en una maceta. Con estos cuidados, se puede disfrutar de una deliciosa cosecha de higos.

Poda de la higuera

Las higueras son árboles que se desarrollan de manera extensa, su tronco suele ser corto y torcido. Para controlar su crecimiento y engrosar la planta, se realiza la poda. Para llevar a cabo este proceso, es recomendable esperar hasta antes de la brotación, que suele darse a finales de febrero o principios de marzo. De esta manera, se puede comprobar si las ramas están congeladas. No obstante, en cualquier momento del año se puede hacer una poda excepcional.

En primer lugar, se deben abreviar los brotes singulares que se han vuelto demasiado largos y se eliminan los brotes excesivamente gruesos o que se cruzan entre sí. De esta forma, se puede mantener el tamaño y la forma deseada del árbol. Si se deja enmarcar en zarzas y se permite su desarrollo durante un par de años, se crea rápidamente un arbusto normal.

Por otro lado, los árboles más establecidos que han quedado al descubierto en el interior después de un par de años pueden ser radicalmente podados para vigorizar el desarrollo de nuevos brotes. Sin embargo, para aquellos que necesiten cosechar producto orgánico, no es recomendable realizar este tipo de poda, ya que los higos se enmarcan en la madera bienal, es decir, en los brotes del año anterior.

Es importante tener en cuenta que no se aconseja podar antes del invierno, ya que las plantas pierden una gran cantidad de látex y se debilitan. Además, se recomienda utilizar guantes para podar, ya que la savia puede ser irritante para la piel. Si se quiere detener la progresión de la leche, se puede salpicar con agua las superficies podadas.

En resumen, la poda es una práctica esencial para mantener el tamaño y la forma deseada de las higueras, además de mejorar su desarrollo. Es importante realizarla en el momento adecuado, evitar ciertas podas que puedan afectar la producción de frutos y tomar medidas para proteger la piel durante el proceso. Siguiendo estos consejos, se pueden obtener hermosos árboles frutales que brindan una gran cantidad de beneficios.

Cuidados de la higuera en invierno

La higuera soporta el hielo (la higuera de Baviera hasta – 25 grados) y puede pasar el invierno en el exterior en zonas templadas con un seguro legítimo. En invierno, cubra la zona de las raíces con hojas y asegure las copas con cepillos ordenados, lana o esteras de caña. Como las higueras pierden su follaje, siempre que se poden pueden colocarse en un sótano para tormentas o en una cochera a temperaturas de cero a diez grados centígrados. Riegue apenas lo suficiente con el objetivo de que el cepellón no se seque. Por otra parte, los daños por sequía pueden producirse igualmente en invierno. A partir de finales de febrero, aclimátela gradualmente a las condiciones exteriores. Recuerde que los nuevos brotes en primavera son delicados al hielo.

Recogida de higos

En los países mediterráneos, los higos se recogen en su mayor parte dos veces al año. Los productos de la primera recolección, en junio o julio, maduran sobre los brotes del año anterior, si no han sido aniquilados por los hielos tardíos. En general, son algo más grandes que los de la segunda cosecha, más rentable, que se apoya en los nuevos brotes de agosto y septiembre. Estos higos tienen un mayor contenido de azúcar.

Dependiendo de la variedad, los frutos naturales son redondos, ovalados o en forma de pera y tienen hasta ocho centímetros de tamaño, y cambian significativamente de medida y tienen una piel endeble con un tono amarillento, verde, bronceado o púrpura profundo. Debajo de ellas se encuentra la sustancia blanca, o con ocultamientos que cambian de rosa a rojo tenue que engloba a las pequeñas semillas. Como la tonalidad exterior del fruto natural apenas cambia durante el envejecimiento, hay que saber si los frutos naturales ceden de forma evidente al apretarlos delicadamente con el pulgar. Los higos pueden consumirse nuevos o en compota. El secado del fruto natural es también una estrategia habitual de conservación.

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