Cuidado de la verbena
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La verbena es una hierba perenne que puede crecer hasta un metro de altura y más. Sus hojas están dispuestas en direcciones opuestas y tienen forma de lanza. Sus nervios se pueden reconocer fácilmente a la vista, y también se pueden apreciar bordes irregulares. Con flores llamativas.
Florece en verano cuando la temperatura es mejor para que florezca sin problemas. Estas pequeñas pero profusas flores se recogen en umbelas planas de diferentes colores: rosa, rojo, azul, morado… Por eso se suelen utilizar para dar un toque extra de color a patios, balcones y jardines.
Ubicación
La verbena tolera la luz solar directa, y de hecho la prefiere, aunque a veces es mejor mantenerla en semisombra para evitar dañarla. Ante los gélidos inviernos, no tiene ninguna oportunidad. Para poder conservarlo todo el año, lo colocaremos en un sitio resguardado del viento y las temperaturas bajas.
Riego
Debido a que florece en verano, necesita alta temperatura. Es una planta bastante tolerante a la sequía, por lo que no necesita mucha agua. Lo ideal es regar una o dos veces por semana, recuerda no regar en exceso. Se recomendable mantener la tierra totalmente seca durante unos cuantos días antes de decidir volver a regar.
Abono
Si decidimos tener una planta de Verbena sana y fuerte, en su época de crecimiento, es decir, desde primavera hasta finales de verano, requerirá de un abono líquido a las plantas en flor cada 20 días.
Ahora, si queremos, podemos utilizar abonos orgánicos como excrementos de pájaros o humus de lombriz. Pero eso sí, aunque sean naturales, debemos utilizar la dosis que indica el envase.